El domingo a las 8: 30 am salimos desde la casa de Manolo en la puerta de Cristalbox, aunque yo previamente me había presentado a las 8:00 am por culpa de mi queridísimo padre, llegado a la casa de Manolo, al cual me encontré en allí me dijo que la salida era a las 8:30 am, lo cual me supuso una gran alegría pues eso suponía irme a mi casa y poder dormir otros 20 minutos, aparte de evitarme el frío que hacía que no era poco. Bueno llegada la hora concreta fui de nuevo casa de Manolo, a hora sí que sí no había vuelta atrás ya estaba allí para lo bueno y lo malo. Llegado allí me entro un miedo que todavía no puedo explicar, cuando le pregunte al señor Alejandro que ruta íbamos a realizar, me quede aun mas helado de lo que estaba, cuando me dijo que la ruta sería de unos 60 km, yo pensaba para mis adentros estos tíos están locos, me van a reventar (yo lo máximo que había conseguido hacer eran 50 km y no con poco esfuerzo), bueno ya estando todos salimos con dirección hacia las reiyas , unos iban más rápido que otros pero lo suficiente como para que no nos separamos mucho puesto el guía (Alejandro) era el que había planificado la ruta y nos iba indicando que camino coger, pasada las reiyas, llegaron las primeras subidas con cierta importancia aunque no eran las mayores, tras pasar esas no tan pequeñas subidas llegamos a la carretera que va desde Campillo de Altobuey a Almodóvar del Pinar en la que hicimos la primera parada para volvernos a juntar, al cruzar la carretera nos metimos en el camino que nos llevaría a Paracuellos antes de llegar allí llego la primera bajada perfecta para relajar las piernas y pegar algún pequeño salto aprovechando algunas piedras incrustadas en la tierra y alguna raíz que sobresalía, tras la cual llegamos a Paracuellos, bajamos por la carretera en una cuesta increíble y yo personalmente fui más rápido que lo que he ido en bici en mi vida 69,9 km/h (mas rápido que el pobre scooter de mi padre que solo alcanza 60km/h), bajamos hasta una fuente en la que paramos a almorzar y a reponer fuerzas en paraje precioso y en plena naturaleza, tras almorzar nos pusimos de nuevo en marcha y antes de llegar a mi primer punto crítico(cruzar el riachuelo) vimos sobrevolando sobre nuestras cabezas unas águilas que no eran precisamente alentadoras. Llegamos al río y el primero en pasarlo fue Alejandro, quien nos fue grabando uno a uno pasando el riachuelo, cuando me tocó atravesarlo a mí una parte de mí decía `no la cagues Miguel, mira que si eres el único que no lo pasas´ y la otra parte decía `aunque no me caiga me voy a mojar y el agua no está precisamente caliente´, pero lo pase sin ningún problema, y entonces vino la primera subida importante y chunga pues creo que no hubo nadie que la subiera en bici y en la que yo estuve a punto de salpicarme un tortazo considerable, pero bueno subida la cuesta seguían, mas cuestas pero estas ya sin piedras y con desnivel mucho menor, que nos permitió volver a montarnos sobre nuestros trastos, tras pasar un pequeño bosquecillo nos metimos en los caminos que nos llevarían hacia Campillo y fue entonces cuando el viento hizo su aparición y nos ralentizo el ritmo considerablemente, llegados a Campillo se nos unieron 3 compañeros mas pero Alejandro, Manolo y Núñez se retrasaron pues ya las fuerzas flaqueaban, normal, ya habíamos recorrido la friolera de unos 49 km, fue entonces cuando nos quedamos lo mejorcito (es coña), iniciamos el último tramo de la ruta la que nos traería a Motilla, y seguíamos con nuestro nuevo pesado amigo, el viento ,que no dejaba de soplarnos en contra, pero se agradecía ir en grupo numeroso de personas, pues los que iban en cabeza iban tirando del grupo cortándonos el viento y haciéndonos mas llevadero la vuelta, en la cabeza nos íbamos turnando para tirar del grupo, tras recorrer unos 10 kilómetros llegamos a las reiyas y entonces fue cuando otra vez volvimos a relajar las piernas y empezamos a comentar lo fantástica y dura que había sido la ruta. Y esto es todo, tan sólo decir que me lo pase muy bien, que quiero volver a repetir esta experiencia junto a gente tan maravillosa como vosotros y que todos me tratasteis muy bien (que ni que tiene que decir que no esperaba otra cosa)
Posdata: No he nombrado a casi todos los que salimos el pasado Domingo porque no conozco muy bien todavía vuestros nombres ¡¡LO SIENTO !! prometo aprenderme el nombre de todos muy pronto y no haberos molestado en nada que pudiera haber hecho el Domingo.
POR MIGUEL TOLEDO
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